“Con Edmundo tengo una a favor y una en contra. A favor es que le pegué en Brasil, y en contra es que le pegué de atrás. Me hubiese gustado pegarle de frente». Estas palabras corresponden a Flavio Zandoná. El ex defensor de Vélez que, en un cruce ante Flamengo por los octavos de final de la Supercopa, le pegó un tremendo cross de izquierda a Edmundo.
La historia es conocida y vuelve a hacerse presente cada vez que el Fortín y el Mengao se enfrentan en instancias definitorias o en torneos continentales. Un clásico del fútbol sudamericano. Una secuencia que siempre vuelve a repetirse en la memoria de los hinchas.
La imagen de la piña del Chino al brasileño y la posterior reacción de Romario, que entró con una patada voladora digna de un practicante de artes marciales, quedaron en la memoria popular de los hinchas del conjunto de Liniers. Pero, ¿qué es de la vida de Zandoná?

José Basualdo, Marcelo Gómez y Flavio Zandoná en el aniversario número 28 de la conquista de la Copa Libertadores 1994. Foto: Prensa Vélez.
En la previa del partido entre Vélez y Flamengo, por el partido de ida de las semifinales de la Copa Libertadores, el ex defensor reapareció por Liniers y se fotografió en el estadio José Amalfitani junto a hinchas fortineros con los dibujos de su histórica trompada a O Animal, como le decían a Edmundo.
El ex deportista vive actualmente alejado del fútbol y esta reaparición se debe a que fue invitado por la dirigencia de Vélez a rememorar la consagración de la Copa Libertadores 1994 junto a otros jugadores históricos como José Basualdo y Marcelo Gómez.
En diálogo con Tyc Sports, y a 27 años de aquel violento episodio, Flavio Zandoná, junto a sus ex compañeros, dio detalles inéditos sobre la gresca que se vivió en el Parque do Sabía. El Chino aseguró «no arrepentirse» de haberle pegado y también dejó entrever que el atacante del Flamengo no era muy querido por sus pares. De hecho, en el hotel fue saludado por todos los brasileños.

La bandera que inmortaliza la trompada de Zandoná.
«Yo estaba escondido en la habitación, así que no sé», se desentendió el argentino que también lamentó haberle pegado con el antebrazo y no con sus puños. «Le pegué con lo que pude«, soltó el ex defensor entre risas.
Lejos de haberle recriminado su accionar, el Chino confesó que a un familiar suyo le hicieron un 15 por ciento de descuento en un hotel por tener su apellido. Se insiste, los brasileños parecen haber celebrado aquella acción mucho más que los argentinos. «Para algo sirvió», añadió.
Por último, Gómez confesó que él fue quien incentivó a su compañero a que cometiera la agresión. «Edmundo empieza como a bailar con la pelota de espaldas y yo le dije ‘Chino, mirá lo que te está haciendo, no te dejes cargar'», dijo el Negro.
Pero Zandoná retrucó en la entrevista: «Con todas las letras decilo. ‘Chino, matalo a ese hijo de puta que nos están cargando’, esas fueron las palabras que escuché», agregó entre risas. «No midió nada. Nadie se acuerda de cómo jugaba, solo se acuerdan de la piña», añadió el ex volante. Y Zandoná, finalizó: «soy famoso gracias a eso».
En el barrio de Liniers la trompada está inmortalizada en una bandera y una pintada. Es todo un ícono del ex futbolista que esta noche estará en la cancha viendo el partido entre Vélez y Flamengo. A propósito, en la previa del esperando cruce, el Chino dejó un mensaje especial en las redes del Fortín. Esperanzado por volver a disputar una final, dijo: «Mañana vengan a alentar. Se puede. Pudimos nosotros. Imaginate con este marco«.
La trompada de Zandoná a Edmundo
Fue el 3 de octubre por el partido de vuelta de los octavos de final de la Supercopa. El Fortín llegaba a Brasil tras caer 3-2 en el Amalfitani y ahora sufría el 3-0 en el Parque do Sabía, donde Flamengo contaba con el ataque soñado: Romario, Sávio y Edmundo, que aquella noche hacían un gol cada uno.
Cuando el resultado ya estaba puesto, el Chino Flavio Zandoná se tuvo que bancar, además de la goleada, las cargadas de Edmundo.
Aunque, en realidad, no lo soportó: el brasilero empezó a mostrarle la pelota y el jugador de Vélez le tiró un manotazo. El brasilero se tocó la cara, escupió al piso y le devolvió una cachetada. Acostumbrado a cargar, se dio vuelta como si todo terminara ahí pero Zandoná tomó distancia y le metió un cross de izquierda que lo dejó en el piso.
Ahí nomás se armó una gresca que terminó con una patada voladora del Chapulín Romario, que luego terminó inmortalizada en las pintadas de las banderas de la torcida del Flamengo.
Años después, cuando estaba a punto de retirarse, Zandoná, que en 1994 integró la defensa del Vélez de Carlos Bianchi campeón de América, hizo una autocrítica (a medias): “Con Edmundo tengo una a favor y una en contra. A favor es que le pegué en Brasil, y en contra es que le pegué de atrás. Me hubiese gustado pegarle de frente».
Apenas el Vélez que ahora dirige el Cacique Medina se instaló en semis de la actual Libertadores, tras vencer 1-0 a Talleres en Córdoba e imponerse 4-2 en el global, los usuarios de Twitter se acordaron de Zandoná. Y, claro, también de su histórica trompada en el Maracaná.